ENTREVISTA: EXPRESIDENTE DE CORTE CONSTITUCIONAL JAIME ARAÚJO RENTERÍA PROPONE GRAN CONSTITUYENTE DEMOCRÁTICA Y POPULAR
- Redacción Pensamiento Caribe

- 14 feb 2024
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Actualizado: 27 feb 2024
¿Quiénes están detrás de la propuesta suya de una Asamblea Nacional Constituyente?
JAR: La gente. La sociedad civil, que sabe que la soberanía, es decir, el máximo poder político de una sociedad, la tiene el pueblo y NO los funcionarios que él ha elegido, llámense presidentes, congresistas, gobernadores o alcaldes, pues todos ellos, no son mas que mandaderos suyos, a veces bien pagos, pero siempre subordinados al poder del pueblo. Las personas de la calle que saben que la verdadera democracia, desde su nacimiento en Atenas hace 2500 años, tiene 3 elementos fundamentales: La libertad, la igualdad y el poder del pueblo (Demos: pueblo y Cratos: poder= poder del pueblo). Y la situación política actual, donde tanto el gobierno, como la oposición se declaran los dueños del pueblo, los verdaderos representantes del pueblo y cada uno invita al pueblo a marchar para expresarle su respaldo a sus “Dueños”, lo convocan a expresarle que ellos son sus “verdaderos Representantes”; pero ninguno de los dos sectores quiere convocarlo a que directamente, sin intermediarios, se exprese sobre su propia vida y los problemas del país, a que tome su destino en sus propias manos y que se pronuncie sobre lo que realmente le preocupa y le sirve; por ejemplo, sobre la necesidad de acabar con el centralismo que agobia a todas las regiones, en el norte y en el sur, para construir el estado federal o por lo menos el verdadero estado regional.
La sociedad civil tiene directamente que resolver en una Constituyente, como quiere la paz (incluida la total, que no lo es, sino parcial y solo penal) o la que es más importante: la paz con justicia social; la preservación del medio ambiente; la lucha contra la corrupción y el desempleo. Las Reformas Agraria, Urbana y del Sistema Financiero; la reforma del Congreso, de la Justicia, de la Educación, del Trabajo y la Salud; La redistribución de la riqueza y la lucha contra todas las formas de discriminación incluidas la sexual y la racial; la libertad e igualdad de los colombianos; el derecho a la vivienda. Los derechos de las víctimas de la violencia, etc
La reforma electoral, comenzando por abolir las donaciones de particulares a las campañas políticas, con el fin de acabar con los dineros de las mafias o de la corrupción (Odebrecht) en la política, pues no basta con que los ciudadanos la denunciemos, si las autoridades de control o judiciales como la Fiscalía no las investigan ni mucho menos la sancionan. Como ciudadano en el año 2011, recordemos que denuncié dos hechos de extrema gravedad, sin que hasta la fecha se haya producido ningún resultado.
El día 29 marzo del 2011, acudí a la asamblea general de accionistas, de la filial en Colombia, del banco extranjero, español, denominado banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), después de haber cumplido con mi deber de revisar los libros y papeles correspondientes al ejercicio del año 2010. En esa asamblea, en presencia de los directivos del banco, de los accionistas que concurrieron y de las autoridades que hicieron presencia, formulé denuncia y pedí que se sancionara a ese banco extranjero, por haber violado la Constitución y la ley de Colombia, al financiar a cuatro partidos políticos colombianos que tenían cuatro candidatos a la presidencia de la República. Los partidos eran: el partido verde, que tenía como candidato a Antanas Mockus; el Partido Liberal, que tenía como candidato a Rafael Pardo; el Partido Conservador por conducto de su fondo nacional económico, que tenía a Martha Lucía Ramírez; y el partido de la unidad nacional que tenía como candidato a Juan Manuel Santos. A mis denuncias, fundamentadas en el derecho de petición, radicadas en la superintendencia financiera, con los números 2011030157-000 y 2011030299-000; no se les dio respuesta oportuna, sino que ocho meses más tarde, por fuera de los términos, el 22 de noviembre de 2011 me informa que va iniciar una actuación administrativa. Hasta el día de hoy no he recibido una respuesta a mi denuncia
Hace un tiempo ya, un canal de televisión, reseñaba, apartes del interrogatorio que sobre la ruta del sol y Odebrecht (que ya olía a podrido), formulé al señor Tomás Uribe Moreno, el día 22 de agosto del 2011, delante del Procurador General de la Nación de entonces, Alejandro Ordóñez, sin que este último lo conminara a responderme, cuál era su interés en la reunión con Odebrecht y ¿si era cierto, que él, era la persona que había concertado e invitado a la reunión celebrada en Panamá, sobre la ruta del sol, entre Odebrecht, Miguel Nule, Tomás Uribe y un amigo de este último?. No sobra recordar, que el Procurador, no conminó a Tomás Uribe, a que me respondiera, ni le preguntó sobre Odebrecht, ni sobre ningún otro tema. Hoy se conoce lo de Zuluaga, pero no se ha dicho nada sobre Santos o Uribe Moreno sobre Odebrecht ni sobre la financiación del banco extranjero BBVA. Mientras unos cumplimos con nuestro deber de denunciar la corrupción; otros, la fomentan, la encubren o se benefician de ella.
No podemos dejar que estas ideas, de reforma a la financiación de las campañas políticas o de lucha contra la corrupción, o la creación de fiscales especiales, para los casos de corrupción, en síntesis: Paz con justicia social y democracia política y económica, desaparezcan del debate social y político. sobre el tema de la reforma tributaria, debemos insistir en que se cumpla el artículo 363 de nuestra constitución que exige que nuestro sistema tributario sea progresivo, y en consecuencia pedir que los nuevos impuestos los paguen los más pudientes: los grupos económicos y las transnacionales y aquellos que aún en épocas de pandemia han tenido grandes ganancias, como el sector financiero, las farmacéuticas, y que se empiece por derogar las exenciones tributarias que se concedieron a los más poderosos en la reforma tributaria del 2019. Debemos aprobar en la constituyente para la protección de los más débiles la renta básica universal. Tenemos que garantizar la educación universal en todos los niveles incluidas la educación universitaria para todos. La pandemia mostró de manera descarnada, las falencias de nuestro sistema de salud, que como derecho fundamental debe ser para todos. El objetivo o meta debe ser la salud y la educación universal, ese debe ser el fin, los medios para lograrlo pueden ser establecidos por los expertos, con el fin de llegar a la meta lo más rápidamente posible. Es necesario debatir y establecer un plan a corto, a mediano y a largo plazo para sustituir las fuentes de energía contaminante por energía limpia. Todos estos temas debe resolverlos directamente el pueblo colombiano en la constituyente.
Cualquiera que sea la convocatoria a la constituyente, esta debe ser paritaria, esto es igual numero de hombres y mujeres, representación de ciertos sectores por derecho propio (Indígenas, afros, etc) y, además, todos deben ser candidatos independientes, de la sociedad civil, con el fin de que no la capturen los partidos políticos o los grupos de interés económicos.
No sobra recordar que la Constitución de 1991, ha sido reformada a espaldas del pueblo 55 veces, casi dos actos legislativos por año a escondidas del pueblo, ya es hora que que se reforme de cara al pueblo y por el propio pueblo soberano.
Los hombres y mujeres libres que hemos estado consultando, después de una serie de reflexiones sociales y jurídicas por las diferentes regiones del país, han llegado a la conclusión de que el momento nacional requiere de una gran pausa de la institucionalidad cansada, en muchos casos deslegitimada. El pueblo colombiano, no sólo está aburrido con todo lo que está pasando, sino que ha aprendido a reflexionar y a perderle miedo a las transformaciones que requiere nuestro modelo constitucional. En este sentido, esta iniciativa no tiene dueño, aunque debo reconocer, hay sectores organizados de la sociedad, incluso, estamentos de la política tradicional, a quienes le suenan muy bien las señales de una Gran Constituyente Democrática y Popular. Mi rol en esta tarea es la de ciudadano de la política y defensor de los derechos humanos con alguna experiencia en los grandes temas de la nación.
PC: ¿Sobre cuáles temas se inclinaría una eventual Constituyente de las características de la que usted le está sugiriendo al país?
JAR: Bueno, en primer lugar, advertirles a los colombianos, que el verdadero significado de una Asamblea Nacional Constituyente está en hallarle sentido a la palabra soberanía. La nación colombiana, el pueblo colombiano, es la gran instancia a la que hay que apelar para zanjar las grandes y graves situaciones que tienen al país en un estado lamentable de postración. En muchas ocasiones se ha proyectado la idea de confundir los poderes constituidos, como el Congreso, las Cortes, los gobiernos, con el poder constituyente que solamente reside en el pueblo. Jamás, en los partidos, ni mucho menos en personas que han logrado acumular factores de poder totalmente inconvenientes para la estabilidad de nuestra democracia. Agrego lo siguiente: cuando una sociedad está convulsionada porque se ha perdido el norte, incluso, se ha perdido el respeto entre las instituciones, otrora respetables y respetuosas, hay necesidad, diríamos que urgencia, de acudir al árbitro soberano, que no es otro que el pueblo, solamente el pueblo, expresándose a la manera de una Asamblea Nacional Constituyente. Hemos defendido como el gran secreto para que una Asamblea Nacional Constituyente sea exitosa, es decir, que perdure y sea políticamente sostenible, que no esté atada a ningún partido. Proponemos que los movimientos sociales participen con garantías en la conformación de una Constituyente popular y democrática, en la cual se hallen soberanamente en igualdad de condiciones hombres y mujeres.







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